De entre todas las condiciones para lograr aprendizajes significativos, la que probablemente es la más decisiva es muy probablemente también la que más se pasa por alto. El aprendiz tiene que querer aprender. El aprendizaje obligatorio no funciona o funciona muy limitadamente. Motivación y Aprendizaje van de la mano. Y la vía más directa para conseguir esta motivación es por la participación.
El aprendizaje obligatorio no funciona.
¿El aprendizaje obligatorio no funciona? ¿Y eso significa que estoy en contra de la escolarización obligatoria para que la alfabetización sea universal? Pues no, pero ese puede que sea un quiz de la cuestión. En España tenemos la ESO: Educación Secundaria Obligatoria. Se habla de obligatoria y se habla de educación. Pero es que educación, escolarización y aprendizaje no son, ni de coña, sinónimos. Si acaso procesos que pueden acaecer simultáneamente.
¿Aprendizaje no es lo mismo que Educación? No. No lo es. El sujeto y actor del aprendizaje es quien aprende. El sujeto de la educación, sin embargo, es el profesor. El alumno es un mero objeto que ejerce de contenedor de los conocimientos con que los sabios maestros llenan su cerebro. O en otros casos puede actuar como materia prima que se transforma, no necesariamente con su participación. Los aprendices solo son objetos. ¿Y según la rae? Educar es “1. tr. Dirigir, encaminar, doctrinar“.
Se trata de tomar partido, de hacer una elección. No es posible combinar ambos. O dirijimos, encaminamos y adoctrinamos a los educandos o bien los dejamos elegir su camino y aprender, volar y sobrepasar al propio profesor, llegado el caso. Algo que, educando, es axiomáticamente imposible.
Volvamos al tema. Condición número 1 para el aprendizaje significativo. El aprendizaje no puede ser obligatorio. Si queremos implementar acciones de aprendizaje y que estas generen aprendizajes significativos los aprendices tienen que querer aprender.
¡Objeto! Si las acciones / cursos no son obligatorios, nos arriesgamos a no tener alumnos.
Pregunta inmediata. Desde el punto de vista del programador (Es decir, el profesor en una institución formal educativa, o en una organización el técnico de formación o un responsable de un equipo/división que proponen cursos o actividades de aprendizaje) ¿Qué pasa si proponemos un curso y no lo hacemos obligatorio? ¿Y si no va nadie?
Respuesta intermedia: Pues si haciéndolo opcional no va nadie entonces el problema es serio.
Si los utilizadores de la acción de aprendizaje… si aquellos que se van a beneficiar de la acción de aprendizaje (los que van a aprender con el curso) no quieren hacerlo, puede ser por un sin número de causas. Puede que no sea el tema más apetecible o puede que siendo atrayente los aprendices tengan otras necesidades más apremiantes. O que los aprendices ya consideran que conocen suficiente el tema o incluso que no sea el mejor momento para hacerlo bien la hora, bien el día… Pero lo cierto es que alguna razón(es) debe de haber. Y debieran tratarse.
Pregunta corolario. ¿Como conseguir participación en acciones de aprendizaje no obligatorias?
Asumamos la mayoría de edad de los target del aprendizaje. Todo el mundo quiere aprender y se preocupa por aprender. Genial, porque Motivación y Aprendizaje van unidos.
Si estamos en una institución educativa, con niños o jóvenes, asumamos que su curiosidad les hace estar locos por aprender nuevas cosas. Si en una institución o empresa, asumamos que quieren estar bien formados para ser más efectivos y productivos (*). Sólo entonces estaremos preparados para preguntar porqué no quieren ir a un curso con determinación para integrar esas opiniones. Pero y si estamos preparados para aquello… ¿Qué tal si deciden ellos lo que quieran aprender y cómo? ¿Y si preguntamos a los destinatarios qué quieren aprender antes de nada?
(*) Nota al margen. Menos si esto ocurre en un país en el que los trabajadores no obtienen ningún rédito de aumentar su productividad, porque por ejemplo sus empresas asuman que tienen que sobreprolongar su jornada de trabajo, por norma.
Brainstorming. Constuir motivación por la participación.
Entonces, ¿Cómo hacer que los potenciales alumnos quieran ir a un curso? Se trata de conseguir la motivación por la participación. Se me ocurren algunas ideas.
- Implicando a la audiencia potencial para elegir el tema o confeccionar la lista de temas posibles para las acciones de aprendizaje. En el CMU San Juan (AKA Jhonny) el director y los subdirectores tenían prohibido proponer ninguna de las decenas de actividades de aprendizaje que se celebraban anualmente. Su labor era la de propiciar el ambiente para que surgieran estas inciciativas y posteriormente ayudar a hacerlas posible.
- Pidiendo a los aprendices que participen en la elección del itinerario de aprendizaje. [#] Versión ligera: pedir a los que van a participar en el curso que planteen preguntas o temas que les gustaría ver cubiertos en el curso. Sencillo y efectivo.
- Permitiendo a la audiencia o destinatarios elegir el día / hora. ¿Realmente esto es tan complejo? ¿Hay alguna razón para no permitir elegir al menos entre una lista de posibles opciones? Podemos también conseguir motivación por la participación de este sencillo modo.
- Previendo / liberando recursos para aprender. Si el aprendizaje ocurre en una empresa y el beneficio del curso redunda en la empresa, el curso debiera tener lugar durante la jornada laboral. Pero incluso si ocurre en una escuela, el tiempo libre de los aprendices es igualmente necesario. Dado que se van a generar aprendizajes igualmente valiosos o incluso más sustantivos que con las clases regulares, ¿No sería apropiado que la acción de aprendizaje tuviera lugar en horario lectivo?
- Y aún con todo lo anterior, hacer que la acción de aprendizaje sea no obligatoria. No sucumbir a la tentación de forzar la presencia porque presencia sin motivación es tiempo perdido para el apredizaje (Aunque esto signifique dinero ganado en subvenciones en cursos de aprendizaje).
- Y por último lugar de mi pequeño brainstorm… ¿por qué no? Dejándo elegir a los participantes o al menos tener algún poder de influencia en la elección del profesor / facilitador / animador.

Continuamos el brainstorming.
Me encantaría ver alguna otra estrategia o opiniones distintas sobre las mías… ¡Todo comentario es bienvenido!
Mariano
Hay cuestiones con el artículo que estoy en desacuerdo. Para aprender se necesita motivación, esto es una certeza que las ciencias del aprendizaje se han encargado de verificar. Al igual que la motivación, el esfuerzo también es un factor necesario. Pero estos dos condimentos no funcionan de forma aislada, van de la mano: la motivación intrínseca está enfocada por poner todo el esfuerzo que la tarea de aprender requiere, más allá de la tarea en si misma; es decir que quién aprende está motivado por su propio avance.A veces la tarea no le será grata o motivadora, pero su motivación interior, provocada por una forma de educar, será el motor que impulse su esfuerzo.
raulanton
Hey Mariano! Muchísimas gracias por tomarte tu tiempo para leer el post y también por contestar! 🙂
Acerca de tu comentario, incuestionable. Absolutamente de acuerdo, perdona si di la impresión de lo contrario.
En mi opinión cuanto menor fuera el esfuerzo necesario, netamente mejor, pero es cierto que normalmente el esfuerzo es importante. Y esta movilización del esfuerzo es difícil de no mediar una motivación previa, en mi opinión. Van de la mano, pero es más probable, pienso, que la motivación de proporcione alas para aplicar un esfuerzo y que a más motivación más esfuerzo aceptes dedicar, que lo contrario. Es decir, por el mero esfuerzo no se consigue motivación (algo que hemos aprendido ‘the hard way’ los que disfrutamos del método pedagógico ‘antiguo’ 😀 ). En suma, van ligados pero en mi opinión que la la motivación anteceda al esfuerzo, hace que se consigan probablemente mejores resultados.
Sin embargo, estando todos de acuerdo en que motivación es la clave (o una de ellas), el problema que trataba en el post es que asumimos que los destinatarios de la acción de aprendizaje deben de tener motivación. O en el mejor caso, ‘animamos’ esta motivación con conversaciones, diciendo lo bueno que para ellos va a ser aprender, las malas consecuencias de no hacerlo… pero quizás no aplicamos tanto como sería necesario medidas activas y basadas en la participación y empoderamiento del alumnado para hacer crecer esta motivación, estas ganas de participar en la acción. A esto me refería, Mariano.
¿Qué opinas? ¿Alguna otra idea en tu librillo 🙂 ?
raulanton
De hecho, al hilo de tu comentario, creo que es apropiado cambiar el título del post. 🙂
Mariano
Gracias a tí por compartirlo y dejar opinar libremente.
Hablas de empoderamiento y participación como vehículos, procesos, formas que se pueden plantear para logra la motivación o el interés. Estas cuestiones, que están de moda, tienen sus matices.
Mediante la educación buscamos el empoderamiento de las personas, luego supone una finalidad, no un principio. Ahora bien, ¿se puede conseguir un fin, por ejemplo aprender a ser libre y crítico, sin la práctica de la libertad? El sentido común dice que no; pero tampoco existe la libertad en la miseria,luego el proceso hacia la libertad de pensamiento está dirigido, atiende a un plan previo…hay algo coertivo en todo esto. No lo es todo el empoderamiento del aprendiz. La motivación está dirigida hacia algo que los demás han considerado o consideran conveniente para mí. ¿Me venden una moto? Yo no lo creo.
De acuerdo contigo, cuanto más participación activa del alumno mucho mejor y no se va a lograr con discursos sobre las bondades del esfuerzo, nadie aprende así. Se va a lograr esforzándome con ellos, dando sentido a sus acciones, predicando con el ejemplo. Si yo quiero que mi alumno aprenda a multiplicar, hago cuentas con él hasta que le salen, le pongo en situación de utilizar su habilidad; por ejemplo dándole la responsabilidad de ir a la compra y que sea consciente de lo que le han cobrado, lo que le han devuelto, a cómo ha comprado las peras o le ayudo a programar una escapada con los amigos, realizar bien el presupuesto, etc. En definitiva, es la competencia lo que le empodera y para lograr el desarrollo de esta necesito una participación activa, no sólo del aprendiz, también del maestro, de los padres, de los amigos…
Cosa distinta, con la que no estoy de acuerdo sería decirle al aprendiz: toma tus propias decisiones, no tienes por qué aprender bien a multiplicar si te resulta desagradable, puedes decidir hacer otras cosas, eres libre.
No creo que la motivación anteceda al esfuerzo ni tan poco exactamente lo contrario, más bien están en continuo diálogo. Se “animan” una con el otro y viceversa. Para mí, lograr esta moneda de dos caras, tiene que ver con la creación de sentido. Lo que no puedo pretender es que un alumno, ni nadie, dedique un gramo de su atención en algo que para él carece del mismo….La creación de sentido es un asunto cultural, social, educable. Depende principios y fines compatidos, reelaborados juntos, no simplemente asumidos. En la medida que seamos capaces de “tejer” junto con los alumnos y demás agentes educativos, educaremos a personas libres.
Sí, el alumno también es agente de su aprendizaje, pero no es el único.
raulanton
hey ¡Gracias Mariano por tu nueva respuesta!
> Mediante la educación buscamos el empoderamiento de las personas, luego supone una finalidad, no un principio…. La motivación está dirigida hacia algo que los demás han considerado o consideran conveniente para mí. ¿Me venden una moto? Yo no lo creo.
Esto es una reflexión profunda y requeriría una serie de posts. Sin ir tan lejos como replantear el sistema educativo y las programaciones macro, yo diría que hay algunas otras posibilidades a nivel ‘acción de educación’. Algún ejemplo:
– Si mi objetivo es que los alumnos aprendan literatura -o incluso algo más básico, a leer- y lo hago por la lectura de la Celestina es muy probable que éstos muestren menos inclinación a participar entregadamente que si les dejo elegir el libro -incluso aunque este libro sea a elegir de entre una lista previa-. Me encanta la celestina, ojo 😉
– Si quiero que los alumnos aprendan deporte de equipo… ¿podría dejarles elegir de entre una lista de posibilidades dependiendo del material y recursos a disposición, incluso después de ‘dejarles probar’ o incluso ‘mostrarles algún video’?
– Si en una empresa se necesita aprender tres cosas en un equipo determinado, ¿Puedo dejarles elegir el orden, incluso los puntos a cubrir a los destinatarios del curso pensando que puede que sean los más conscientes de sus propias necesidades? Si solo hay recursos para uno de los cursos, ¿Puede establecerse un dialogo por el que entendamos el más apropiado para ese momento?
A esto me refiero.
También concuerdo contigo en que la participación activa del entorno es importante, pero no estoy tan seguro sobre el orden de magnitud de esta. Yo pienso que la del aprendiz es la participación última que se pretende y se busca con el resto de las participaciones y la que garantiza las mejores condiciones para el éxito. Dando responsabilidad, como mencionas, se motiva al aprendiz para que se implique con este aprendizaje y lo sitúe en sus propios objetivos. La coerción también puede ser una fuente de motivación, desde luego. No la más apropiada, pero en ocasiones efectiva: Ej (Necesito acabar la carrera este año porque no tendré dinero para estar un año más con ello, O tengo que sacar buena nota porque de otro modo mis padres se enfadarán conmigo). Yo creo más en motivaciones intrínsecas. Y en cualquier caso es a las que se refiere este post. A conseguir una lista de acciones que pueden implicar al alumno en la propia definición de la acción de aprendizaje.
El alumno tanto en un sistema educativo como en una empresa en general dista de ser libre, porque las consecuencias de optar por no seguir las acciones de aprendizaje son entre malas y catastróficas. Pero yo abogo por poner en juego todas las opciones de libertad que se posean porque el impacto sobre la motivación de ser dueño de una porción del itinerario de aprendizaje es increible y por medio de este, el impacto sobre los aprendizajes finales.
De nuevo, muchas gracias por tus puntos de vista que hacen que me repiense los míos 🙂
Ten un genial día.
Mariano
Yo soy maestro de primaria, este año doy a 6º, pero llevo con este grupo desde 4º. En cuarto leí con ellos y con sus familias La Odisea, en 5º leímos La Isla Misteriosa y en 6º El Conde de Montecristo, (hemos leído más libros “clásicos”, estos son algunos ejemplos). Son lógicamente adaptaciones pero tienen su “chicha”. El lunes nos ponemos de acuerdo los chicos, las familias y yo sobre los capítulos que vamos a leer para el viernes. ( con las familias me comunico por el WhatsApp) Se lo llevan para casa y leen lo pactado, un hermano mayor, un padre, el abuelo…lo lee también, a la vez o en otro momento. El viernes hacemos una tertulia sobre lo leído, también viene el familiar que quiera. En la tertulia cada uno lee el párrafo o los párrafos que más le han llamado la atención y explica por qué lo ha elegido, qué sentido le da él, si le gusta o no…Los demás también pueden dar su opinión sobre lo que dice. Por su puesto todas las opiniones son igual de consideradas, da igual que sea la mía, la de un niño o la de un familiar.
El libro lo prongo yo, quiero que sea relevante, que tenga riqueza temática, de vocabulario, que no sea “fácil” de leer…que suponga un esfuerzo, un interés por comprender a los demás, a uno mismo… Por eso elijo libros sobre los que no me cabe la menor duda.
Con el Conde de Montecristo, al igual que con La Odisea, tuve miedo, que fuera demasiado difícil, que no conectaran de ninguna manera…Nada más lejos de la realidad: la venganza, el amor, el odio, la envidia, los celos o el perdón son temas que los niños han ido sacando y al rededor de los cuales se han establecido debates muy interesantes. ¿ Hizo bien Edmundo Dantes en buscar venganza? Alguno de mis alumnos opinaba que ese fue el motor que le hizo sobrevivir, otros opinaron que era el amor que sentía por Mercedes lo que le mantuvo con la esperanza que le llevó a luchar por escapar del castillo de If… Otros contaban cómo a veces tienen ganas de vengarse de su hermano pequeño, siempre se sale con la suya, pero que les puede más el sentimiento de cariño que sienten hacia él…Alguno en cuarto dijo que Ulises era valiente pero muy mentiroso, que así no valía; lástima no haber tienido una versión adaptada del Príncipe. Cuando terminamos una tertulia ya me están pidiendo otra. Yo no me he inventado la forma d hacer, no es mío el mérito, lo fomentan dentro de un movimiento que se llama “Comunidades de Aprendizaje”. Funciona, no como un tecnicismo hueco, sino como vehículo de creación de sentido que tiene en cuenta fundamentos del aprendizaje: interacción, educación instrumental y emocional, respeto, solidaridad, reto cognitivo, inteligencia cultural, diálogo horizontal, etc.
Tengo una hija en el instituto, le han mandado leer La Tuneladora, lo sé porque me lo ha dicho ella, también se leyó en otro curso El Perfume. Después de la lectura le hacen un test, una de las preguntas del Perfume era que de qué material estaba estaba hecha la mesa del perfumista que fue maestro de Grenouille. ¿Qué sentido tiene? En el instituto nos han comentado que eligen los libros teniendo en cuenta los gustos de los alumnos y los tests son para comprobar si han leído o no…¿qué fomenta esto?
Como ves seguimos teniendo nuestras diferencias. Eso no quiere decir que no entienda tu razonamiento y en qué se fundamenta, hay mucho de constructivismo en él. Es un acierto, bajo mi punto de vista, poner al alumno en el centro de la ecuación, pero no podemos olvidar que para que vea más lejos tenemos que “subirlo a hombros de gigantes”, no podemos esperar a que los elija él, al menos en la educación básica.
raulanton
Aún encontraríamos terreno para algún intercambio de opiniones 😀 Lo que veo en tu caso es que estás construyendo mucha de la motivación desde una involucración genial de las familias -algo raro lamentablemente- en la que se las deja participar. (Hay colegios en que las raras veces que se pide a los padres participar es para ejecutar órdenes 😀 ). Y de nuevo entramos en el tema de la participación activa.
En cuando al ejemplo del instituto, tal vez el problema no sean los libros elegidos sino un absolutamente diferente enfoque. Tal vez debieramos preguntar el porqué de la pregunta y nos sorprendemos 😀
Yo no he sido maestro de primaria sino más bien en enseñanza superior y en instituciones, así que me interesa particularmente tu enfoque. ¿Qué te parece si nos cuentas la experiencia, junto con qué haces para garantizar el éxito de tu actividad de disfrute de la lectura? ¿Te gustaría ponerlo en un post?