A mí me gusta hacer poesía rápida. Micropoemas de texto y poesía visual, más concretamente. Y quiero lanzarla al mundo, que se experimente, generar vías y vías de comunicación sobre mis obritas de arte. Bueno y ya, la repanocha: que se aprecien (Me den +1’s, me marquen como favoritos en twitter, me hagan me gusta en Facebook, me pinchen los corazoncitos de instagram…). ¿Cómo lo hago?

El amigo del Guasap. CC-BY aprehendizajes.com

¿Y percibir dinero por mi trabajo creativo? ¡Nooooo! ¡Anatema! ¡Eso nooooo! Hay poca esperanza de que percibir una justa remuneración por tu trabajo creativo. No porque no sea justo, sino porque somos una sociedad en la que predomina la gente muy lista que no pagaría ni un real por un contenido fruto del trabajo de otro… aunque pague con creces a Telefónica por acceder a estos contenidos. El no pagar por los contenidos no es de ser Robin Hood que quita a los ricos para dárselo a los pobres, sino de creerse Robin Hood, pero mangar a los campesinos del bosque y con lo que se ahorra pagar doble a Telefónica. ¿Cómo explicar esto a nuestro amigo de la foto? ¡Qué tío más bravo! ¡Dos orejas y vuelta al ruedo! Espero que a él le paguen mejor por su trabajo.

Me olvido de ganar dinero y vuelvo: ¿Cómo difundo mi obra creativa?

Opción 1: Difusión concentrada Elijo la red social que más me guste, subo mis poemas y punto. El que quiera que vaya ahí a verlos. Buf. ¡Qué poco original!

Opción 2: Estrategia multicanal por fuerza bruta. Voy subiendo micros/imágenes a cada red social que me interese. Es decir X subidas por cada creación. No hacer esto ni de coña si no quieres acabar odiando cada pedacito de tu creación.

Opción 3: Estrategia multicanal con juicio. Eliges una red social en la que crear tu trabajo, o varias que se ajusten lo mejor posible a lo que propones y tengan herramientas para ello (una para texto, una para imágenes, una para videos, una para presentaciones… etc). Y luego te buscas algo que envíe a otras redes lo que has hecho, en automático, para su difusión. Es decir: crear en un ágora virtual de creación, que aporte herramientas y un clima propicio para fomentar la creatividad y después difundir lo realizado -en automático- en redes sociales y, o, agregadores.

SOLUCION al caso de estudio 🙂

Para crear microtextos podría haber elegido Twitter. Pero no aporta nada para la creación. Si formas un grupo de creación, sus aportaciones se pierden en el todo, imbricadas con estados de ánimo, llamamientos a la acción, opiniones sobre política… por no decir que cuando buscas por la clave #poetweet te salen más marranadas que contenidos con juicio. Puede ser un buen lugar para difundir, pero no para crear. Yo me decanto por eseeusee.com.  Una vez tramitado el registro –espero que mejoren esta parte porque es rápida, pero de aspecto feo- encuentras una comunidad dedicada precisamente a los microtextos poéticos, que acogen tu obra en un ambiente amable, opinan razonadamente sobre ella, te dan versiones alternativas -cocrean tu obra-, en muchos casos mejorándola. Estoy enamorado de eseeusee.com, mi opción de ágora virtual para creación de microtextos.

Para crear poesía visual, también se podría utilizar eseeusee en teoría, pero no tiene herramientas para la creación o edición de imágenes, sino que permite incluir imágenes como aporte para un racimo de micropropuestas. A mí, personalmente, me gusta Instagram: tiene unas pocas herramientas de tratamiento de la imagen, que para mí son suficientes, tiene un magnífico soporte para su uso desde dispositivo móvil y hay un buen pool de usuarios tremendamente activos y cariñosos (diría que es la única red social en la que es habitual tener más feedback positivo, en este caso corazoncitos que seguidores/amigos). Para redondearlo, hay herramientas como TAGstagram que te ayudan a encontrar buenas etiquetas para que tu creación salga en las búsquedas, bastante utilizadas por los usuarios de Instagram. Evidentemente, para crear imágenes hay otras opciones, como Pinterest si te interesa compartimentar en tablones lo que aportes –y estás más interesado en hacer de curator de los contenidos de las webs que visitas- o Cheezburger/CuantoCabron/MemeGenerator* si lo que se desea es hacer memes, algo que también considero bastante creativo, además de viralizable –lo que no hace sino aportar participantes/interpretes al hecho creativo, algo siempre positivo-.

Una vez creados mis poemas en eseeusee.com e Instagram, sólo me queda decidir donde difundirlo y automatizar la tarea.

• ¿Facebook? Sin duda. Es la red social más poblada. Subo aquí sobre todo las imágenes, porque hay tanto contenido en la vista de Facebook que me da la impresión que el texto se tiende a perder.
• ¿Twitter? Sí, tanto para texto –los micros se ajustan de maravilla-, como para imágenes.
• ¿Pinterest, Flickr,…? Pues, ¿y por qué no? Si se puede automatizar el tenerlo en tres sitios en lugar de en uno, habrá más gente que lo lea (sabiendo las restricciones como por ejemplo que en pinterest las imágenes no son forzosamente cuadradas y mías sí lo serán…).
• ¿Y un sitio en el que mostrar el todo, un portafolio de mi acción creativa? Pues para mi propósito me quedo con Tumblr, con una plantilla sencilla, adaptada a la visualización en dispositivos móviles. Tiene la ventaja de que puedes subir texto del mismo modo que imágenes y mezclarlo con toda facilidad.  Podría haberlo hecho con otro blog, pero son demasiado complejos o están menos adaptados que Tumblr para sólo mostrar una lista de micros e imágenes. También podrían haber utilizado una herramienta de curatorship tipo Scoopit o similar, pero pasa tres cuartos de lo mismo.
• Si algún día hago videos, evidentemente me abriría una cuenta en Youtube o Vimeo…

La pregunta del millón: ¿Cómo automatizo todo? Pues yo te recomiendo que lo hagas con ifttt.com. Para ello, te puedes leer este tutorial práctico o bien ir directamente al lío en su web. La aplicación Android… buf. Yo la probé hace meses y si no ha mejorado no la recomendaría.

Suerte en los tres casos. Crear es necesario y no está bien visto.

Raúl Antón Cuadrado

(*) Gracias a mis amigos Alejandro González Gómez y Alejandro González Fernández, de @laceluladigital, por dejarme leer su brillante estudio sobre memes.

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