Por primera vez nos hemos dado al teletrabajo como única opción posible por mor del coronavirus. Hagamoslo bien… o por lo menos ¡No lo hagamos mal! Todos estos “errores en el teletrabajo” están basados en casos rales. Vamos a por ello del tirón.
1.- Si trabajas directamente en el portátil, te dolerá la espalda y la mano en menos que canta un gallo.
El peor de los errores en el teletrabajo especialmente para gente que está empezando. ¿Por? La pantalla debiera estar a la altura de tus ojos (Hay miles de referencias en el Internet de gente que sabe más que yo) para no fastidiarte la espalda. El teclado del portátil es minúsculo y hace que tus manos estén forzadas, y el trackpack es el instrumento de tortura final.
Solución: Enchufa a tu portátil un teclado y un ratón que tengas por casa (Si te pones exquisito este teclado y este ratón) y sube el portátil a una pila de bestsellers de leer en el metro hasta que estén a la altura que necesites.
2.- ¿Sabías que la jornada -incluso si trabajas en casa- tiene límites?
Conozco unos cuantos ejemplos que están usando el teletrabajo para considerar que estamos conectados y disponibles el 100% del día. Esto es veneno. Te pasas el día tabajando, tu cabeza no descansa, duermes mal, te encuentras enfadado sin motivo… Te quemas. El bonus sería que te hagan trabajar de sol a sol para acabar ‘proyectos urgentes’ y luego como la actividad económica esta parada, te apliquen un ere o un erte (o cualquier otra solución imaginativa) por los días que queden hasta que se recupere. UPDATE: En los días que han pasado desde que empezé a escribir el post hasta publicarlo, esto le ha pasado a un amigo mío. :/
Solución: Si tu jefe no ha entendido que la productividad se dispara con las buenas condiciones de trabajo y con jornadas adecuadas, el házselo entender. Si en 2 días ya te ha llamado 2 veces para recordarte ‘que el teletrabajo no es estar de vacaciones en casa (sic. triste), pues seguro que sabes tú mejor que yo como hacerlo, pero hay que proteger la vida privada. Siéntate con un cuaderno y plantea una estrategia. Tu objetivo tiene que ser que en un momento del día tu tiempo sea para tí. Por higiene mental. O te volverás loco/a.
Si eres tu el que te obligas o el que siente el picor y vuelves a encender el ordenador a las 10 de la noche… no tienes solución. No te molestes ni en seguir leyendo.
3.- Trabaja en pijama y para cuando acabe tu jornada nada volerá a ser igual. Te habrás convertido en un zombie-zapas.

El punto de inflexión es cuando tus vecinos hablan de tí como ‘el que curra en albornoz’ o si te has mirado alguna vez y dices… ‘Como me viera X…’. Pero no sólo es que los que te vean no te mirarán igual. Tú mismo no te mirarás igual. ¿Has oido hablar del efecto pigmalión?
Solución: Obligate. Ni lo pienses. Te duchas y te vistes. Si tienes 3 hijos y quieres que la paz se mantenga lo más posible (es decir, no quieres hacer ruido en la ducha cuando te levantas, porque quiers un poco de concentración y paz y temes despertarlos), pues te duchas y te vistes cuando se despierten. Pero, te duchas. Y te vistes.
Venga. Te has ganado el sticker de I ‘put on pants’.
4.- ¿Espacio Privado? Eso es para frikis y los que no tienen capacidad de concentración.
Uno de los más frecuentes errores en el teletrabajo. Es que hay gente que no se concentra mientras otros ven la tele en la misma habitación ¿Te lo puedes creer? Pierden riqueza cognitiva sin los comentarios de su pareja y, o, hijos sobre como se han pasado la última pantala del videojuego. En fin. eso es ellos que no tienen el don de la multitarea. ¿Pero tú? Pues tú tampoco. Si quieres ser productivo y acabar lo que tienes que hacer cuanto antes, necesitas concentración de la de verdad, no diversión cognitiva. Otra cosa es que aspires a pasar el día con el portatil entre las manos para cumplir con esa aspiración tan española de ponderar la caliad del trabajo en numero de horas enchufado (aunque no tengas muchos resultados al final del día).
Solución. Crea tu espacio personal. Aislate lo más posible en él. Haz lo que tienes que hacer lo antes posible y cuando acabes dedicate a vivir. O a ver Netflix si quieres. Cada casa es un mundo, tu sabrás como hacer esto en la tuya, pero como regla de dedo diría que mejor estás en la mesa de la cocina si consigues que sea privado durante unas horas, que en un despacho ultraequipado si esto significa distracción.
5.- Currar desde casa es como estar de vacaciones. No te planifiques.
¿Te sientes un crack porque puedes currar desde el sofá, tirado/a, en ropa interior y mientras ves la casa de papel? ¡Demonios! ¡Sí! Esto es vida. Es como no trabajar.
Buen ejemplo de errores en el teletrabajo: Exacto, esto es el problema.
Solución. Si quieres trabajar, entonces necesitas una agenda y una lista de tareas pendientes. Y si estás en casa la necesitas de verdad, porque nadie va a venir a tu mesa a recordarte lo que tienes que hacer (en el caso mejor, como parte del anterior escenario habrás ignorado las alarmas con lo que no te llegarán ni notificaciones para que no te molesten). Si no quieres nada sofisticado, Google Calendar es tu amigo (Con este add on incluso puedes programar Zoom Calls directamente sobre tus meetings de Google Calendar) y luego ya a tu elección: te puedes hacer listas de tareas en Trello, en una hoja Excel o en una Simplenote, pero hazlas.
Troll Recap (Thanks Adrián de A8c)
Ya sé que lo puse en un post anterior, pero es que es tan tan bueno…
Troll Recap (Thanks Adrián)
- Trabaja en pijama todo el día; no hace falta ni que te vistas para las reuniones. Puedes ponerte un abrigo sobre el pijama como cuando vas a tirar la basura. Todos lo sabrán, pero nadie podrá demostrarlo.
- El horario es solo una referencia. Si te apetece vaguear, siempre habrá tiempo que restarle al sueño más tarde.
- La forma más eficiente de controlar tu tiempo es no perder un segundo haciendo listas. Siempre puedes revisar la bandeja de correo si notas que se te está olvidando algo.
- Tener un espacio privado tampoco es para tanto; si tu pareja juega a videojuegos en la habitación donde trabajas, optimizarás tu capacidad para desconectar y relajarte