La no-ley Sinde

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En el último capítulo por el momento del culebrón de la no-ley Sinde, el consejo de ministros del gobierno saliente no se ha atrevido a validar un reglamento para la ley Sinde. Y cuando escribo esto ¿aún no se sabe? que va a hacer el PP con él. Tampoco nada, porque ¿Para qué? Si parece que sólo la quieren Ramoncín y Teddy Bautista y gente afín y, por definición, abyecta y enemiga de la difusión libre de la cultura. Pues bien, yo estoy a favor de su esencia.    Entonces… ¿No estoy a favor de la difusión libre de la cultura? Dios, ¡Qué frase! Tiene la palabra cultura y la palabra libertad junta y esto es pegamento para el cerebro, pero del de esnifar. ¿Cómo se puede estar en contra? Distinguiendo entre libertad y gratuidad que no es, ni de lejos, lo mismo. Es muy fácil de explicar si se hace el ejercicio de abstraerse del ruido de fondo. Ahí va.

Con las descargas ‘gratuitas’, los defensores de la libertad individual piden/pedimos que se instaure un modelo económico en que no se remunere la creación. ¡Que se jodala Warner y esos cantantes que están podridos de dinero! Pero es que, la Warner no se jode, porque indirectamente recupera el mismo dinero o más sobretodo a través de sus agencias de publicidad conceptual: los perjudicados –y bien- son los pequeños creadores independientes de contenidos, que no pueden cobrar por su creación. Estos son los verdaderos creadores LIBRES con mayúsculas, pero no pueden dedicarse a ello, salvo si se pliegan al sistema. Con el esquema global este de descargas ‘gratis’ alguien que quiera crear y vivir de quienes aprecien su propiedad intelectual está listo. Pero nohablo de cantantes o escritores famosos, si no de los más libres, los cantantes o escritores que experimentan con técnicas, motivos o temas aunque no sean los más de moda o de los periodistas serios cuya opinión no está siempre alineada con la de un partido o grupo de medios que actúe como su ‘mecenas’, o de gente que gasta su tiempo en escribir su opinión o sus investigaciones en un blog independiente como este…

Pero es que además las descargas no son gratis (de ahí vienen las comillas de antes). Esa consideración de su gratuidad viene de una ceguera

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deleznable. Para pagar una descarga, en lugar de a su creador pago a otros dos actores: 1) a Orange, Telefónica, etc –¡por la utilización de recursos que antes eran públicos! y se privatizaron a los amiguetes del gobierno de turno- y 2) a las macroempresas de publicidad contextual a las que con tal de no pagar cuatro céntimos a un autor, las estamos regalando ‘en oculto’ todos nuestros datos personales y de preferencias. En resumen, que los que dicen luchar contra el enriquecimiento vil de las multinacionales y por la difusión libre de la cultura están en primer lugar enriqueciendo a las multinacionales de la telecomunicación y a las de publicidad (estrechamente conectadas a nivel accionariado con las multinacionales de creación de contenidos[1] como la Warner famosa que debe estar descojonada con esta discusión inútil que tenemos) y, en segundo lugar Y MUCHO MÁS GRAVE están condenando al silencio forzoso a los creadores independientes que aspiren a crear sin estar sujetos a las leyes que ellas marcan y a ganarse la vida honradamente con ello. 

En resumen, que ni PP ni PSOE van a legislar nada, pero no porque hayan oído la voz de la calle, y por miedo a que no los voten tanto como por miedo a quien manda. A mí, la ley Sinde, lo que es la ley Sinde, me da igual. Pero me jode que seamos tan miopes.

Raúl Antón Cuadrado


[1] Al respecto son maravillosos los cuadros que hay en ‘Comunicación y Poder‘ de Castells.

4 comentarios sobre “La no-ley Sinde

  1. Pingback: Disyuntiva: Luchar contra la ley Sinde es enriquecer a Telefónica | Noticias - d2.com.es

  2. Jesus Salazar

    La ley sinde es una aberracion, porque pretende luchar contra un fraude, eliminando las libertades de infinitud de internautas. Lo dicho, una aberracion.
    Seria mejor que controlasen la entrada a los cines de camaras digitales, para impedir la difuasion de peliculas de baja calidad. Pero, claro, eso implica costes para las salas, que tienen que mantener un control en sus instalaciones, del cual, no son capaces.
    Es mejor, cerrar webs, impedir la difusion de archivos, etc.
    En mi opinion y dado el funcionamiento de las redes P2P y similares, es practicamente imposible que la ley Sinde salga adelante, independientemente de que sea o no justa. Es tal el numero de internautas que colabora en las P2P y similares, que resulta practicamente imposible hacerlos desaparecer. Es mas, si lo intentan, la inventiva de los usuarios acabara por buscar siempre, nuevas soluciones de difusion. alternativas distintas e imaginativas, que volverian a llevarnos de nuevo al punto de partida una y otra vez.
    Internet, no permite que las leyes, como la Sinde, puedan prosperar.

    Felices Navidades y Prospero 2012.

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