Atribución flickr-com/photos/fletcherprince/4564698990
Hace un poco tuve el enorme placer de prologar un libro de Yago Reis, un poeta fantástico, posmoderno, atrevido y veraz que pese a tener un dominio innegable de las formas y estéticas del mainstream de la poesía –si es que eso puede existir-, no duda en arriesgar en cada trabajo. Su obra me encanta, tanto que le he convencido para colgarla aquí… aunque habría que decir que no ha sido un trabajo brutal –he tardado más en localizarle en su retiro digital autoimpuesto, que en convencerle propiamente dicho-…
Lamentablemente en el momento actual, la dictadura del precio 0, hace que poetas como Yago y otros creadores meritorios no puedan obtener ningún rédito significativo de su trabajo de creación. Esto es grave, porque todo el torrente potencial de individuos con capacidad creativa –incomparable a la de cualquier otra época de la historia humana- se puede extinguir antes de poder dar frutos: crear nunca fue una manera fácil ni rápida de ganarse la vida, pero en el momento actual, se he convertido en imposible. Los creadores como Yago, acabarán, si no lo impedimos, ganándose la vida como meros reproductores de esquemas que sólo sirven para mantener las estructuras sociales que hacen continuar en sus puestos de poder a la fracción social que ejerce su dudoso derecho a la dominación del resto (lo que es otro modo de decir a trabajar como profesor, en una oficina, en una línea de producción, como ingeniero…).
Puede parecer que con lo anterior, colgar su libro en abierto es un contrasentido. Pero no lo es. Si nos atrincheramos en la torre de marfil de la teoría, no cambiaremos las cosas. Aquí queda el libro de Yago:
- Primero para que tengamos la oportunidad de sacudirnos por un instante de nuestras cabezas la estulticia omnipresente de la Disney o de los generadores globales de contenidos, con un refrescante propuesta radicalmente distinta y, por ello, enriquecedora, emancipadora.
- Segundo para comprender la diferencia entre Arte y contenidos publicitarios o industriales –series de moda en TV, por ejemplo, o libros creados en serie para leer en el metro-. El Arte te deja participar, te obliga a poner de tu parte interpretando lo que estás percibiendo: no todo está dicho, toda opinión es válida, nos emancipa y nos crea como personas. Los contenidos industriales de los grandes conglomerados de medios, adormilan nuestras conciencias y nos adoctrinan… lo cual no es casualidad, sino su fin.
- Tercero, porque evidentemente la creación que lo merece debe de liberarse, socializarse, difundirse… Y este es mi granito de arena.
- Y por último, porque si después de leer el libro alguien cree que merece la pena, tenga la oportunidad de comprarse este u otro libro del mismo autor o, al menos, de dar un feedback, de comentar su obra –lo cual para los creadores es verdaderamente vital-.
Ah! Bueno… Lo prometido: el libro de Yago. Es una reescritura de los mitos griegos, una proyección al presente en la que se cambian ruedas o se
Poetweet extraído de Verso y Error
habla por teléfono… Una ‘dislocación de la percepción a otras ubicaciones desde las que el lector puede lograr una perspectiva divergente sobre las mismas cotidianeidades. Se trata de eso, de transubicar lo mitos, de copiarlos al presente para librarlos de su carga estática, asentada –y por ello antiartística- y colgarlos el cartel de en proceso contínuo de reinterpretación’ … ‘Al fin y al cabo, lo que hace Yago es reinterpretar el universo de los mitos. Es seguro que sólo reduciéndolos a lo sustantivo o, más propiamente, limpiándolos de lo accesorio se pueden enlazar en nuestra condición posmoderna… o la netmoderna que viven los diletantes lectores primerizos” (Prólogo)