Digresiones sobre Open Source

El código abierto es el software distribuido y desarrollado libremente. Se focaliza más en los beneficios prácticos (acceso al código fuente) y también en cuestiones éticas o de libertad, pero no llega al extremo del software libre. Para muchos el término «libre» hace referencia al hecho de adquirir un softwarede manera gratuita, pero más que eso, la libertad se refiere al poder modificar la fuente del programa sin restricciones de licencia, ya que muchas empresas de software encierran su código, ocultándolo y restringiéndose los derechos a sí misma.

Opensource no es igual a gratis.

En algunos sitios, lease aquí España, somos muy aficionados a exigir a los creadores, ya sean de software o de películas, que donen al prójimo el fruto de su trabajo. Somos especialmente aficionados si el que crea es otro y el prójimo nosotros mismos. Tanto que una reconstrucción cicatera de la ética de la red y la máxima de que el conocimiento tiene que ser universal y libre nos vale para justificar rastreramente la copia de software o de contenidos de cualquier tipo.

Es guay. ¡Mira que somos guays a veces!

Si existe algo que dice ser opensource pero que no es gratis entonces no vale… eso es que tiene intereses ocultos detrás. En serio que una vez me vi involucrado en una discusión con este argumento. El defensor de esto era un profesor que trabajaba en su tiempo libre en ONGs con sectores sociales desfavorecidos -algo realmente encomiable y que todos debieramos hacer-. Decía que para que esta gente tuviera acceso al conocimiento los programas, las pelis, los libros, tenían que ser gratis y que cuando los consumiera alguien con pudientes, ya donaría al proyecto o al autor, con lo que el sistema era mantenible. Y que el copyright es fascismo. Pues no. No me creo ni lo uno ni lo otro.

  • Aquí, los amigos de Binpress, uno de los mayores marketplaces de Open Source lo explican: «No puede vivir sólo de donaciones» se titula el post».
  • Si aún te quedan dudas y tú eres un firme abogado del open=gratis créeme que aprecio que vayas a trabajar en tu tiempo libre a proyectos bonitos que luchan por la inclusión social o, aún mejor, por el empoderamiento de sectores invisibilizados enajenados de poder o depauperados. Yo lo he hecho y me precio. Pero ponte en la situación de donar tu salario -por ejemplo de profesor, por tomar el mismo ejemplo- al sistema educativo y que te paguen con donaciones espontáneas los padres de los alumnos pudientes. ¿Se entiende ahora la diferencia?

De este modo la próxima vez que pensamos ‘pero el open source se supone que debe de ser LIBRE’, piensa el tipo de libertad de la que hablamos. Esto es lo importante, BinPress, again, dixit.

Y, que se me entienda, yo defiendo el Open Source no solo desde su vertiente práctica, sino también ideológica, pero es que puede haber también desarrolladores no interesados en mezclar ideas o movimientos sociales con el puchero del que comen, y es, igualmente respetable y aún mantiene la potencia brutal del Open Source como una de las ideas más poderosas de nuestra generación (#).

¿Y eso? ¿Qué es el poder del Open Source?

Pues volveremos sobre ello, pero solo para abrir boca… lo que dice Matt Mullenweg de WordPress -el proyecto Open Source por definición, sin vendor lock-ins ni opencores-…

One of the things that I love about as we grow, and as we become more successful, and gain more of that market share, is that we shift the web to be more open, just by dint of the things built into WordPress.

With WordPress, we have the ability, each of us, actually, to create our own vision of how we want the web to be, the web you want your children to have.

https://www.ephox.com/blog/matt-mullenweg-interview-at-wordcamp-europe/

Entonces ¿Hablamos de trabajar todos juntos para hacer juntos un Internet mejor y más participativo?

Raúl Antón Cuadrado

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